martes, 20 de octubre de 2009

LA VENEZUELA PETROLERA

El 29 de agosto de 1975 el Presidente Carlos Andrés Pérez puso el «ejecútese» a la Ley que reserva al Estado venezolano la industria y el comercio de los hidrocarburos, con lo cual quedó nacionalizada la industria petrolera. Veinte años después, el gobierno aplicó la política de apertura petrolera.
Sin embargo, no fue hasta el 1º de Enero de 1976 que entró en vigencia la Ley de Nacionalización de la Industria Petrolera.

UNA SEMBLANZA DE VENEZUELA Y SU PETRÓLEO
(Humberto Peñaloza)

DE UN PAÍS A OTRO, SIN MOVERNOS

En 1914 el pozo Zumaque descubre el campo Mene Grande en la costa oriental del lago de Maracaibo y su petróleo abre para Venezuela los mercados energéticos mundiales. Surgió de allí una gestión que, con recursos financieros, tecnológicos y gerenciales provistos y manejados por empresas petroleras foráneas, llegó a extenderse por todas las cuencas sedimentarlas del país y dio significativas proporciones internacionales a la explotación de los recursos petrolíferos venezolanos. La creación por el Estado de la Corporación Venezolana del Petróleo en 1960 y la participación directa del capital privado nacional en esa explotación a partir de 1969 con Petrolera Mito Juan, Talon Petroleum y Petrolera Las Mercedes, no lograron modificar el carácter predominantemente concesionario y foráneo de la industria del petróleo venezolano, ni aminorar sus efectos extranjerizantes.

En las seis décadas que separan el descubrimiento de aquel primer campo petrolero gigante y la terminación por ley del régimen concesionario de hidrocarburos el 31 de diciembre de 1975, el petróleo participó en la vida venezolana como el elemento más dinámico, determinante y decisivo de la transformación política, económica y social experimentada por Venezuela. De un país de economía atrasada, producto de una explotación rudimentaria del campo, con renglones agrícolas responsables de una escasa generación de divisas y con una población mayoritariamente rural/analfabeta, regida por gobiernos dictatoriales caudillescos, pasamos a ser otro país, de mentalidad minera, con una economía dependiente de la explotación del petróleo, una producción agropecuaria insuficiente para atender la demanda doméstica y una población dominantemente urbana/indisciplinada, regida por gobiernos partidistas elegidos por el voto popular.

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