INTRODUCCIÓN
La caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, marcó el comienzo de uno de los períodos más interesantes e importantes de la historia contemporánea de Venezuela. Que parte con la formación de una Junta de Gobierno que asume el poder y dirige el proceso político del país hacia el establecimiento de un régimen constitucional. Durante este período provisional ascende al primer plano la actividad política de los partidos; se convocaron las elecciones y el país entró en una etapa de democracia representativa, que ha sido el signo dominante durante la vida política de Venezuela durante los últimos cuarenta y dos años. Durante esta etapa se han sucedido los siguientes Gobiernos:
La Junta de gobierno, presidida por Wolfgang Larrazábal, quien renunció el 13 de noviembre de 1958 y fue sustituido por Edgar Sanabria. El nuevo presidente constitucional fue Rómulo Betancourt (13 de febrero de 1959 al 11 de marzo de 1964). En esta última fecha tomó juramento Raúl Leoni y ejerció el poder hasta el 11 de marzo de 1969, cuando traspasó la banda presidencial a Rafael Caldera; éste presidió hasta el 12 de marzo de 1974. Su sucesor fue Carlos Andrés Pérez, cuyo periodo presidencial terminó el 12 de marzo de 1979 y comenzó el de Luís Herrera Campins. Por reforma de la Constitución, Herrera concluyó el 2 de febrero de 1984, cuando se inició el gobierno de Jaime Lusinchi. A continuación, Carlos Andrés Pérez es nuevamente elegido durante los comicios de diciembre de 1988. Su vuelta a la presidencia a partir de 1989 generó un periodo de gran inestabilidad política, pues se produjeron dos intentonas de golpe de Estado en 1992 (4 de febrero y 27 de noviembre); su mandato debía culminar en febrero de 1994, pero fue interrumpido.
El periodo de mandato del presidente Carlos Andrés Pérez se redujo considerablemente, pues se produjo en la historia venezolana el primer juicio a un presidente en ejercicio. El 12 de marzo de 1993, mientras el presidente Pérez presentaba ante el Congreso Nacional su mensaje anual, el fiscal general de la República, Ramón Escobar Salom, sorprendió con la introducción ante la Corte Suprema de Justicia de una demanda contra Pérez por malversación y peculado de partidas secretas.
La Corte se reunió el 20 de mayo de 1993 y declaró que sí había indicios para enjuiciar al presidente; de acuerdo con la Constitución, Carlos Andrés Pérez fue suspendido de sus funciones públicas y se encargó de la primera magistratura el presidente del Senado, Octavio Lepage, en tanto el mismo Congreso designó a la persona que gobernaría el país con carácter de interino hasta la finalización del periodo que correspondía a Pérez, en caso de que el juicio no le fuera favorable y la sentencia se produjera antes del 2 de febrero de 1994.
El presidente interino seleccionado por el Congreso fue el senador por Acción Democrática Ramón Velásquez, quien contó con los votos de AD y COPEI, más otros partidos minoritarios; prestó juramento el sábado 5 de junio de 1993. En las elecciones de 1993 obtuvo de nuevo la presidencia Rafael Caldera, "autoexcluido" de COPEI, encabezando esta vez un nuevo partido, Convergencia, y apoyado por otras organizaciones como MAS, PCV y MIN. Caldera tomó posesión el 2 de febrero de 1994 para un periodo que debe concluyó a los cinco años. Las elecciones presidenciales, celebradas en diciembre de 1993, dieron como vencedor fue Hugo Chávez, uno de los oficiales involucrados en la intentona golpista de 1992, que había sabido aglutinar (con un mensaje de corte nacionalista y populista) a un amplio sector de la población descontento con el sistema político vigente, caracterizado por la alternancia de los dos partidos tradicionales, la creciente corrupción y la crítica situación económica, que había originado enormes desigualdades sociales y el surgimiento de amplias bolsas de pobreza. El presidente electo, que tomó posesión del cargo en febrero de 1999, tuvo entre sus prioridades más inmediatas la disolución del Parlamento y la convocatoria de una Asamblea Constituyente que procediera a dotar al país de una nueva ley fundamental.
A continuación se describen cada uno de los períodos del proceso democrático desde 1958 hasta nuestros días.
CARACTERÍSTICAS DEL PROCESO POLÍTICO DEMOCRÁTICO DE VENEZUELA DESDE 1958 HASTA NUESTROS DÍAS.
Periodos de Gobierno a partir del proceso democrático
1958-1958
Junta de Gobierno: Wolfgang Larrazábal
1958-1959
Junta de Gobierno: Edgard Sanabria
1959-1964
Rómulo Betancourt
1964-1969
Raúl Leoni
1969-1974
Rafael Caldera
1974-1979
Carlos Andrés Pérez
1979-1984
Luís Herrera Campíns
1984-1989
Jaime Lusinchi
1989-1993
Carlos Andrés Pérez
1993-1993
Octavio Lepage
1993-1994
Ramón J. Velásquez
1994-1999
Rafael Caldera
1999-2006
Hugo Chávez Frías
Proceso Político democrático periodo (1958-1959)
La Junta de Gobierno
Al irse de Venezuela el 23 de enero de 1958, el dictador Marcos Pérez Jiménez, una Junta de Gobierno presidida por el contralmirante Wolfang Larrazabal prometió que se realizarían elecciones libres antes de finalizar el año.
Los dirigentes políticos principales, quienes habían regresado al país desde el exilio, se reunieron y el 31 de octubre de 1958 firmaron el "Pacto de Punto Fijo", el cual tenía por objetivo afianzar el naciente sistema democrático, fijando las reglas de convivencia entre partidos.
El 14 de noviembre de 1958 Wolfgang Larrazábal renuncia a la Junta de Gobierno para participar en las elecciones y asume la Presidencia Edgar Sanabria hasta el 13 de febrero de 1959.
Finalmente, y tal como se había ofrecido, se realizaron las elecciones generales resultando ganador Rómulo Betancourt, candidato del partido social demócrata Acción Democrática (AD), quien derrotó a Wolfang Larrazabal, candidato de la Unión Republicana Democrática (URD) y a Rafael Caldera, candidato del partido social cristiano COPEI.
Proceso Político democrático periodo (1959-1964)
El período de Gobierno de Rómulo Betancourt fue bastante tumultuoso ya que hubo varios alzamientos militares y hasta un atentado contra la vida del mismo presidente. En 1962 hubo varios alzamientos militares que recibieron los nombres de "Carupanazo" y "Porteñazo", por haberse desarrollado en las ciudades de Carúpano y Puerto Cabello, respectivamente. Estos movimientos de guerrilla eran de corte izquierdista y se dice que contaban con el apoyo del presidente cubano, Fidel Castro.
Durante el período de gobierno de Rómulo Betancourt, se formuló el I plan de la nación, se inició la reforma agraria, se fundó la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP). Otro hecho importantísimo fue que Venezuela, bajo el patrocinio del ministro de Minas e Hidrocarburos, Juan Pablo Pérez Alfónzo, conjuntamente con Arabia Saudita, Irán, Irak y Kuwait fundaron la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ante la resolución que habían tomado las empresas petroleras internacionales de bajar los precios del petróleo.
En su gobierno se realizaron grandes obras: se creó el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), el Fondo Nacional del Café y el Cacao, el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE), el Instituto Nacional de la Cultura y Bellas Artes (INCIBA), la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), la Compañía Anónima Internacional de Aviación (VIASA), la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). Se promulgó una nueva Ley de Reforma Agraria. Se creó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Se construyó el puente sobre el Lago de Maracaibo
Proceso Político democrático periodo (1964-1969)
En 1963 se realizaron las elecciones generales, resultando ganador el copartidario de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni. Era la primera vez en la historia de Venezuela que un presidente electo por el pueblo entregaba el poder a otro presidente también electo por el pueblo. El gobierno de Raúl Leoni se llamó de "Amplia Base" por haber invitado a participar en el gabinete a militantes de Acción Democrática, URD y del Frente Nacional Democrático (FND), así como algunos independientes.
Durante el gobierno de Raúl Leoni se inició el proceso de pacificación. Como aspectos positivos de los 10 primeros años de la democracia podemos mencionar que disminuyó la mortalidad infantil, el analfabetismo pasó de 49% en 1950 a menos del 20% en 1966 y se aumentó la esperanza de vida del venezolano en 5 años.
Mención especial se merece la primera dama, por su labor en pro de la mujer y de la infancia, que le valió el aprecio y reconocimiento de toda la población venezolana.
Un año antes de las elecciones, el partido Acción Democrática sufrió una fuerte división con la salida de Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien aspiraba a la candidatura presidencial, pero al no obtenerla se separó del partido y fundó el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP). Esto permitió que Rafael Caldera, el eterno candidato de COPEI, resultara electo con el 29% de los votos, frente al 28% del candidato adeco, Gonzalo Barrios. Los partidos URD, FND y el Frente Democrático Popular (FDP) se unieron para formar el "Frente de la Victoria" con Miguel Ángel Burelli Rivas como candidato, quien recibió el 22% de los votos, mientras que Prieto Figueroa recibió el 19%.
Proceso Político democrático periodo (1969-1974)
No cabe duda que uno de los grandes logros del nuevo presidente, Rafael Caldera, fue el de lograr la paz política y social, terminando con las guerrillas que habían existido en el país en los 10 años anteriores. También intentó la regionalización del país en ocho regiones administrativas, buscando un desarrollo integral y armónico del país.
En materia petrolera, firmó la "Ley de Reversión", primer paso hacia la nacionalización de la industria petrolera, en la cual se establecía que en 1983, se revertían todas las concesiones petroleras que habían sido otorgadas a las empresas petroleras extranjeras.
En cuanto a las obras públicas, desarrolló Parque Central, un importante complejo urbanístico de Caracas, el Poliedro de Caracas, un centro de espectáculos e inició la construcción del metro de Caracas.
Al final del período de Rafael Caldera, ocurrió un evento que marcaría profundamente la sociedad venezolana de los próximos años: En octubre de 1973, como consecuencia de la "guerra del Yom Kippur" entre Israel y Egipto, los países árabes realizaron un embargo petrolero que ocasionó que los precios pasaran de 3 $/barril a 14$/barril, triplicando el presupuesto de la nación de 14 a 42 mil millones de Bolívares.
El nuevo presidente, el adeco, Carlos Andrés Pérez, obtenía el 49% de los votos, derrotando a Lorenzo Fernández de COPEI, quien obtenía el 37% de los votos.
Proceso Político democrático periodo (1974-1979)
Carlos Andrés Pérez (CAP) se encontró con un problema que muy pocos gobernantes del mundo han tenido: ¿Qué hacer con tanto dinero?. Todo el caudal de ingresos adicionales que recibió CAP por el incremento de precios del petróleo se añadió el endeudamiento por las grandes inversiones que debían hacer de Venezuela un "gran País".
Para canalizar los ingresos adicionales y tomar medidas urgentes, CAP pidió al Congreso, y le fueron otorgados, poderes extraordinarios en materia económica. Esto le permitió la creación del Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV) y la nacionalización de la industria del mineral de hierro. También se promovió la política de pleno empleo, y por primera vez, se fijó un salario mínimo.
Otra acción que tuvo un gran impacto positivo, fue el programa de becas "Gran Mariscal de Ayacucho", que le permitió a miles de venezolanos formarse en universidades del extranjero.
Mención especial merece la "Ley orgánica que reserva al estado la industria y el comercio de los hidrocarburos", mediante la cual se "nacionalizaba" (se debería decir "estatizaba") el petróleo, a partir del 1 de enero de 1976.
Previo a esto, el 30 de agosto de 1975, se creó Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), la empresa destinada a manejar los recursos de hidrocarburos de Venezuela.
A pesar del gran influjo de dinero que tuvo el gobierno, no pudo retener el poder en las elecciones de 1978 cuando el candidato opositor de COPEI, Luís Herrera Campins, derrotó al candidato oficial, Luís Piñerúa Ordaz. Su campaña política fue muy hábil, cuando con la frase ¿Dónde están los reales (dinero)? expresaba la frustración del venezolano común que se preguntaba donde había ido a parar toda esa abundancia de recursos.
Proceso Político democrático periodo (1979-1984)
Cuando Luís Herrera Campins declaró que "recibía un país hipotecado", muchos venezolanos se alegraron pensando que el gobierno se ocuparía de pagar la deuda y disminuir así el peso de la misma, pero estaban equivocados: Cuando Luís Herrera salió del gobierno, la deuda se había incrementado.
En el gobierno de Luís Herrera, la educación y la cultura tuvieron un gran impulso. Resaltan la construcción del complejo Cultural Teresa Carreño, y la culminación de la primera línea del metro de Caracas, ambos inaugurados en 1983.
Adicionalmente, en ese período se inició un fuerte proceso inflacionario que aún no se ha parado, se inició la fuga de capitales y una fuerte recesión económica que condujo a la primera devaluación de la moneda nacional, el Bolívar, en muchos años. Fue el llamado "Viernes Negro" que los venezolanos de esa época recuerdan como el fin de la bonanza y el inicio de una crisis que aún perdura.
Ese viernes, el 18 de febrero de 1983, se instituyó un control de cambio diferencial, es decir que a partir de ese momento se dejaron de vender los dólares libremente a 4,30 bolívares por dólar, y se vendían a dos precios. Uno más bajo para ciertos productos y servicios prioritarios y otro más alto, para todo el resto. La institución encargada de administrar este cambio dual fue RECADI, hoy en día sinónimo de corrupción, ya que muchas personas y empresas con declaraciones falsas e importaciones ficticias, conseguían dólares baratos y los vendían más caro.
Lo más triste es que hubo un solo preso, el conocido "Chino de Recadi", un ciudadano de origen chino, probablemente uno de los casos menos graves.
Estos acontecimientos, precisamente unos meses antes de las elecciones, fueron mortales para COPEI, el partido de gobierno, y permitieron que Jaime Lusinchi, el candidato de Acción Democrática derrotara por amplio margen (57% vs. 35%) al ex-presidente, Rafael Caldera.
Proceso Político democrático periodo (1984-1989)
Una de las primeras medidas que tuvo que tomar Jaime Lusinchi, fue la recuperación de la economía venezolana y el refinanciamiento de la pesada deuda externa. Al igual como lo hizo Carlos Andrés Pérez en su oportunidad, Lusinchi solicitó poderes extraordinarios al congreso, con la llamada "Ley Habilitante".
Sin embargo, durante todo el período de gobierno duró el régimen de control de cambios administrado por RECADI.
Lo que si se puede mencionar como positivo, es que se empezó a retornar la confianza en la economía del país y que durante todo el gobierno de Lusinchi, hubo paz social. Esto permitió que la popularidad del presidente se mantuviera bastante alta, durante todo su mandato. Su reputación empeoró posteriormente, cuando el próximo presidente tuvo que tomar medidas económicas muy fuertes, al encontrarse las reservas internacionales del país en uno de los niveles más bajos.
Proceso Político democrático periodo (1989-1993)
A pesar de haber sido acusado de corrupción en su primer gobierno, lo cual se tradujo en el sonado caso del "Sierra Nevada", un buque frigorífico comprado durante su gobierno, el ex-presidente se lanzó a la campaña política, con gran éxito, ya que logró el 53% de los votos, vs. un 40% del candidato Eduardo Fernández de COPEI. (Nótese el alto nivel de polarización, en donde dos candidatos obtienen más del 93% de los votos).
A los pocos días de haber asumido el poder, ante la crítica situación macro-económica del país, el presidente Pérez anunció una serie de fuertes medidas, lo que se denominó como "El Paquete [de medidas económicas]". Entre las medidas estaban la eliminación del régimen de cambios diferenciales, la eliminación de restricciones para las tasas de interés, la eliminación de subsidios y de controles de precio, así como el incremento de los precios de la gasolina.
A los pocos días, el 27 y 28 de febrero, se produjo algo que no se había visto en Venezuela por muchos años: un estallido social de gran envergadura, en el cual hubo disturbios y saqueos por parte de turbas que iban destruyendo todo lo que conseguían, tanto en Caracas como en las áreas vecinas de Guarenas, Guatire, La Guaira, Catia La Mar y en los valles del Tuy. El gobierno tuvo que reprimir los disturbios con el ejército en la calle y suspendiendo las garantías constitucionales, dejando un saldo de numerosos muertos. Es lo que se conoce como el "Caracazo".
Los problemas no terminaron ahí. Unos años después, en 1992 se produjeron dos intentos de golpe de estado. El 4 de febrero, un grupo de oficiales, intentó tomar el poder. Francisco Arias Cárdenas, logró el control total en el estado Zulia, apresando al gobernador del estado, Oswaldo Álvarez Paz. Otro de los golpistas, Hugo Chávez Frías, encargado de tomar la capital fue apresado, y ante las cámaras de televisión del país, asumiendo con mucha valentía la responsabilidad por lo ocurrido, declaró que "por ahora", debían parar en su intento de cambiar el rumbo del país.
Unos meses más tarde, el 27 y 28 de noviembre, se produjo un nuevo intento golpista, cuando otros oficiales, Gruber Odreman y Visconti también fracasaron, teniendo que huir hacia el Perú.
Proceso Político democrático periodo (1993-1994)
La presión política contra el gobierno siguió aumentando y Carlos Andrés Pérez fue progresivamente perdiendo el apoyo de su mismo partido, lo cual condujo a que en el segundo trimestre del año en curso, se le siguiera un juicio en contra por mal uso de la partida secreta, lo cual condujo a su destitución, unos meses antes que terminara su mandato presidencial.
Luego de la suspensión de Carlos Andrés Pérez, Octavio Lepage en su condición de Presidente del Congreso asume la Presidencia Provisional de la República por el lapso del 21/05/1993 al 05/06/1993,
Posteriormente el historiador Ramón J. Velásquez fue nombrado presidente interino, hasta tanto se eligiera el próximo presidente.
Cuando se produjo el primer intento de golpe de estado en 1992, todos los venezolanos debieron permanecer en casa observando el desarrollo de los acontecimientos por televisión. En el Congreso se produjeron una serie de discursos condenando a los golpistas. En particular, en un apasionado discurso, el portavoz de Acción Democrática, David Morales Bello exclamó "muerte a los golpistas".
Le siguió en el uso de la palabra, el ex-presidente Rafael Caldera, quien con un excelente olfato político se dio cuenta que había un gran descontento y decidió captarlo en su discurso, justificando de cierta forma, el intento de golpe.
Esto le valió un alza en su popularidad que le permitió ganar las elecciones en diciembre de 1993, derrotando al candidato de Acción Democrática Claudio Fermín, al de COPEI, Oswaldo Álvarez Paz y al sindicalista Andrés Velásquez, candidato de la "Causa R". Rafael Caldera no fue el candidato de COPEI, ya que al no obtener la nominación del partido que había fundado, decidió fundar un nuevo partido llamado Convergencia. Contaba también con el apoyo de una multitud de pequeños partidos, entre los cuales estaba el Movimiento al Socialismo (MAS), y que se denominó el "chiripero".
Proceso Político democrático periodo (1994-1999)
El gobierno del presidente Caldera se dividió en dos partes. En los primeros años, su gobierno fue de corte "populista", en donde se volvieron a establecer controles de precios y no se subió el precio de la gasolina, que estaba alcanzando unos niveles tan bajos que la hacían una de las más baratas del mundo, llegándose a vender bajo su precio de costo más transporte, es decir con pérdidas.
Ante el deterioro de la economía del país, a mitad del período se produjo un cambio radical, cuando el nuevo ministro de planificación, Teodoro Petkoff, un antiguo guerrillero de izquierda en la década del 60 y militante del MAS, introdujo una nueva política económica, conocida como la "Agenda Venezuela".
Al poco tiempo de subir al gobierno, Caldera había otorgado la libertad a los líderes golpistas de 1992. Hugo Chávez, quien había tenido el beneficio de una aparición de 35 segundos en la televisión nacional y que había logrado captar todo el descontento por las fallas de la democracia, empezó a subir poco a poco en las encuestas, que liderizaba anteriormente Irene Sáez, alcaldesa de Chacao y ex Miss Universo, quien recibió la postulación por parte del partido COPEI.
En diciembre de 1998, sucedió un fenómeno electoral impensable unos años atrás. Los dos principales partidos del establecimiento AD y COPEI, no recibieron ni siquiera el 5% de los votos. Hugo Chávez, candidato del Movimiento V República (MVR), ganaba ampliamente las elecciones, sobre el ex-gobernador de Carabobo, Enrique Salas Römer, quien había fundado un movimiento político denominado "Proyecto Venezuela".
Proceso Político democrático periodo (1999-2006)
Antes de asumir el poder, Hugo Chávez anunció que realizaría un referéndum para decidir si se cambiaba o no la constitución nacional, que databa de 1961, con el argumento que era la fuente de corrupción y de problemas del país. En efecto, cuando asumió el poder decretó la convocatoria al referéndum.
El referéndum fue aprobado por amplia mayoría. Siguieron otras elecciones para nombrar los miembros a la asamblea constituyente, en las que el gobierno logró obtener 128 de 132 representantes. La nueva constitución fue redactada rápidamente y en diciembre de 1999 fue ratificada en un nuevo referéndum, también por amplia mayoría.
Hugo Chávez, cumpliendo con su promesa de transformación radical del país, logró así "acabar" con los partidos políticos tradicionales, con la Corte Suprema de Justicia, con el Congreso, con el Consejo Nacional Electoral, en pocas palabras, con todos los organismos constituidos. Mientras se "relegitimizan" las nuevas autoridades, nombró un nuevo congreso (denominado "Congresillo"), un nuevo Consejo Nacional Electoral, una nueva Corte Suprema. Sus opositores dicen que usurpó el poder para concentrarlo en su totalidad, sus partidarios dicen que es un paso necesario en la reconstrucción del país.
Los ingredientes principales que desbordaron los cauces del viejo régimen político e hicieron naufragar a la democracia representativa. Emergió de aquí la propuesta de la democracia participativa como proyecto alternativo con actores también alternativos.
A partir de esta alternativa, a contracorriente de la propuesta que predominó en la década anterior más acorde con el neo-liberalismo y el poder hegemónico mundial, en Venezuela se ha venido mostrando una sociedad fragmentada entre dos visiones de país, dos visiones de futuro y dos aspiraciones de liderazgo que hasta ahora se perciben como excluyentes. La lucha hegemónica se plantea entonces en términos maniqueos de todo o nada.
El proyecto político "bolivariano", comenzó a materializarse, como es sabido, primero en la Constitución de 1999 y luego en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007 y otras leyes y normativas. Habiéndose intentado desarrollar en los lapsos previos un proyecto político de orientación y de intereses cercanos al neoliberalismo y a factores de poder hegemónicos en el mundo, este cambio generó una reacción de aguda conflictividad política.
El golpe de Estado el 11 de abril, la huelga general indefinida con un paro-sabotaje de la industria petrolera, peticiones de referendos consultivos que buscaron constituirse en revocatorios al Presidente, "guarimbazos", operaciones con paramilitares, desobediencia militar, llamados a desobediencia tributaria, territorios liberados, marchas insurreccionales, crisis institucionales provocadas para crear ingobernabilidad, está plagada de violencia y muerte. Venezolanos y venezolanas, hombres y mujeres han muerto, han quedado heridos o discapacitados por la violencia de esta confrontación. Decenas de líderes campesinos han sido asesinados por defender la Ley de Tierras. Decenas de miles de venezolanos han visto deteriorarse sus vidas, como consecuencia de la ausencia del diálogo democrático entre actores políticos a lo largo de esta turbulencia, en razón de los estragos que estos actos han producido sobre la economía, y la vida cotidiana de las ciudades y campos Venezolanos.
A fines de 2001 la confrontación política así propuesta habría de desembocar en un callejón sin salida, por la fuerza tan pareja que parecían tener ambos proyectos políticos. Comenzó una fase "insurreccional" en la disputa hegemónica en Venezuela, una fase, que con el resultado del referendo, tendría la posibilidad de cerrarse para dar paso a la sanación de las heridas por ella producidas.
El 15 de agosto de 2004 se desarrolló el acto del referendo revocatorio presidencial. En santa paz. Desde la madrugada, las ciudades y los campos de este país despertaron dispuestos a hacer historia. Durante esas 24 horas las mujeres y hombres de Venezuela estuvieron en la mira de los pueblos del planeta; medios de comunicación globalizados siguieron hora a hora el desenvolvimiento del acto. La gente de esta nación se volcaron hacia las urnas electorales en un clarísimo mensaje político de que habían aceptado el reto de medirse democráticamente entre dos opciones. Concurrieron a votar, el casi 10 millones de personas.
El primer boletín oficial del 16 de agosto mostró un resultado claro y una tendencia irreversible. Fue respaldada poco después por todos los observadores internacionales. La opción del NO triunfaba en una relación de casi 60-40, es decir, el pueblo había hablado claro: deseaba que el Presidente finalizara su período constitucional. Con la culminación del proceso revocatorio y su resultado, la sociedad venezolana tiene la valiosa oportunidad de superar esta fase de la lucha hegemónica que se ha venido librando desde finales de 2001 y que se ha caracterizado por la utilización de estrategias insurreccionales para hacerse del poder por parte de las fuerzas de oposición.
A fines de 2001 y hasta hoy, cuando los resultados del referendo revocatorio nos colocan ante la posibilidad de entrar en otra fase, los actores opuestos al proyecto bolivariano de Chávez y sus fuerzas sociales y políticas han buscado mediante estrategias de naturaleza principalmente insurreccional modificar a su favor la cristalización hegemónica ahora presente en el Estado. Pero han fracasado una y otra vez.
CONCLUSIÓN
La profundización de la democracia es hoy más que nunca una necesidad urgente y una práctica que debe ser incorporada en nuestra vida cotidiana. El derecho a elegir nuestros representantes a los cargos públicos, la posibilidad de expresarnos libremente, la oportunidad de vivir en democracia, todas esas condiciones que consideramos eternas o naturales como si hubiesen estado allí siempre son más bien derechos que los venezolanos hemos venido conquistando de manera progresiva a lo largo del tiempo.
Hoy más que nunca hemos de entender la importancia de educar para "vivir en democracia" y de lo necesario que resulta el fortalecimiento de los valores de manera masiva y constante para todos los ciudadanos. Es a la vez un llamado ético a asumir la responsabilidad individual que cada quién debe tener para la construcción de una sociedad más justa, participativa y que progrese. Gente que esté dispuesta a cumplir sus deberes y a defender sus derechos.
Sostenemos que la sociedad venezolana viene labrando, desde la masacre de El Amparo en 1988 y el Caracazo de 1989, un proceso social y político, en parte reactivo y en parte orgánico, que reivindica la necesidad de un cambio profundo por una mayor justicia e inclusión social a través de la profundización de la democracia. Ese anhelo era anterior al proceso sociopolítico que llevó al poder en 1998 a Chávez y la alianza de fuerzas que entonces lo apoyaba.
Soportamos esa percepción porque compartimos la idea de que si bien los problemas de la sociedad venezolana eran de vieja data, algunos tan viejos como la conformación misma de la sociedad, también percibimos en nuestro haber dividendos positivos derivados de nuestra trayectoria social en el tiempo, en especial desde la democracia instituida en 1958. Esos problemas históricos se potenciaron con el deterioro socioeconómico sostenido que hemos sufrido desde fines de los años 70, y del cual aún no vemos salida. A esto, añadimos los funestos efectos de programas de ajuste y reestructuración económica de naturaleza neoliberal, divorciados de nuestra realidad, que agudizaron y profundizaron la exclusión económica, social, cultural y política en Venezuela.
Pero así como mencionamos los defectos de construcción y desenvolvimiento de nuestra sociedad en el tiempo, también reconocimos el proceso de internalización de nuestros derechos como ciudadanos de una sociedad democrática, que nos aportaron los actores de la democracia representativa, llamada de "Pacto de Punto Fijo". Venezuela es hoy un caso paradigmático de democracia participativa en el mundo, porque ella se origina entre otras causas, de la democracia representativa previa, cuyo Estado entendió e inculcó en el pueblo, si bien no practicó a cabalidad, la democracia, entendiéndola tanto como un régimen de libertades públicas como un régimen con aspiraciones de igualdad y justicia social. A lo largo de los años 80 y 90, los ciudadanos y ciudadanas retiraron crecientemente su confianza y votos a nuestra democracia representativa y a sus actores hegemónicos.
La incapacidad de esos actores para encontrar respuestas creativas a la crisis, su creciente insensibilidad social ante el agravamiento de la exclusión de las grandes mayorías, su ensimismamiento en una realidad cada vez más reducida a sus entornos privados y privilegiados, impulsó un rechazo de la política y de los políticos que prevaleció en el clima político de esos años. Con la masacre de El Amparo y el Caracazo, episodios imborrables por revelar el estado de descomposición de nuestra democracia, la sociedad tomó distancia frente a los partidos y los rechazó, comenzando el ciclo irreversible de su deslegitimación. Mientras tanto, comenzaron a emerger actores y proyectos alternativos, buscando afanosamente una alternativa dentro del juego democrático.
En 1993, Rafael Caldera y Andrés Velásquez representaron esa alternativa. En 1998, los ciudadanos y ciudadanas, defraudados por la magnitud de las promesas incumplidas del presidente Caldera y la alianza de fuerzas políticas que sostuvieron su gobierno, junto con una debacle de los precios petroleros en los mercados mundiales, en parte importante responsabilidad misma del gobierno de Caldera y su política de apertura petrolera, optaron por un cambio más radical. En diciembre le dieron el triunfo a Chávez y al Polo Patriótico, con lo cual se produjo una modificación sustantiva de la lucha hegemónica precedente, al producirse el predominio político de actores nuevos, portadores de un proyecto alternativo al neoliberal que había predominado hasta entonces.
El mapa electoral que emerge de las elecciones de 1998 muestra ya la sociedad polarizada económica, social, política y espacialmente que hoy somos y vemos con tanta claridad y preocupación. Ella es el resultado de más de 20 años de declive socioeconómico, merma de la institucionalidad democrática, y desorientación política. Mientras Chávez, su alianza de fuerzas y su proyecto bolivariano ganan a nivel nacional de manera holgada, casi arrolladora en los barrios populares, en los espacios de residencia de sectores de ingresos altos y medios triunfan las distintas opciones de oposición que lo perciben como una amenaza a la democracia y la modernidad.
Nuestras ciudades se disgregan entre territorios chavistas y escuálidos, cerrados sobre sí, sin comunicación, con unos espacios públicos donde apenas nos asomamos cuando marchamos unos en contra de los otros, confinados el resto del tiempo a nuestros hogares por la inseguridad y hostilidad de nuestras calles. El fenómeno de la polarización política vuelve a revelarse una y otra vez en cada comicio que se convoca, sea el referendo constitucional de 1999, las elecciones de 2000 o ahora de manera un poco más pronunciada el revocatorio presidencial de 2004. Una sociedad dividida en dos, una que apoya la cristalización de fuerzas hegemónicas en el Estado que se dio a partir de 1998, y que ha probado en 8 comicios que es la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas y otra, una minoría considerable, que la rechaza con vehemencia por sentirse ajena, en contra y excluida del proyecto de futuro que se dibuja desde el proyecto bolivariano.
Venezuela los ciudadanos y ciudadanas debemos asumir el reconocimiento del otro, del que no nos gusta, y con ello enfrentar los importantes desafíos que tenemos por delante para aquietar nuestras furias, y alcanzar con esfuerzo una convivencia en paz, dentro de las diferencias y diversidades que ahora después de tanta confrontación vemos con más claridad, y orientar nuestras relaciones por claros procedimientos democráticos.
Los venezolanos y venezolanas queremos retornar a días más normales, a una cotidianidad menos llena de zozobras. Los políticos harían bien en hacer sus mayores esfuerzos para contribuir en la satisfacción de nuestra demanda.
BIBLIOGRAFÍA
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